lunes, 12 de junio de 2017

Teorema del Vértigo - RESEÑA EN BLOG LA CONTRAPORTADA



TEOREMA DEL VÉRTIGO Y OTROS POEMAS DE AMOR, publicado recientemente, es un libro de poemas que ha motivado lecturas que calan mas allá de la impronta de sus versos, que se descubren  como puertas abiertas al entendimiento crucial de una poética que intenta resistirse al silencio, así lo ha sentido Gema López en esta reseña de la cual no puedo evitar reproducir estos fragmentos tan lúcidos...

*

Arlen ha conseguido dar un soplo de aire fresco a la poesía (que le iba haciendo falta). Esta originalidad (difícil de conseguir en un género con el que se ha experimentado tanto) ha ido conducida por una mezcla de estructuras, un nuevo punto de vista sobre las temáticas clásicas y un mayor embellecimiento del lenguaje.

Cuando digo que se cambia la estructura me refiero a que este poemario no se trata de recopilar versos, ordenarlos en el papel y mandarlos a imprimir. En esta obra confluyen páginas de prosa poética (unas que son más reflexiones, otras de un tipo más narrativo y otras que interpelan directamente al lector...); citas (de otros autores, muy bien seleccionadas); y otros textos que presentan una estructura de poema, pero con versos de diferente métrica, longitud, e incluso justificación textual (texto justificado, alineado a la izquierda, alineado a la derecha...). Todo un regalo para la vista que conseguía atraer la mirada del lector al papel, como lo hacen los cambios de plano en el cine. Era imposible aburrirse.


Querida Gema:
Gracias por los elogios y la forma tan íntima con que has conseguido hacer tu lectura de TEOREMA DEL VÉRTIGO. Comparto, aquí y ahora, con nuestros lectores y colegas, uno de los poemas que más te han gustado en el libro.
Afortunado de que hayas sido mi voz en lecturas donde no he podido estar presente.
Con gratitud y el fervor de siempre...

*


No sean tus labios
como la mano que ofrece una limosna
sobre el blanco aposento de la fiebre
No me rocen tus dedos
cual si fuese un cadáver
visto al final de los tiempos
Nadie venga
a demudar el signo de estas migajas
la colilla encendida en perpetuo insomnio
Que no te espíen mis pasos
bajo las pobres noticias de la luna
Prefiero estar solo
a ser tu fantasma





MARGINALIA: Si os interesa leer  la reseña completa pinchen aquí. / Una posible banda sonora para el libro está disponible en esta lista de reproducción que les invito a escuchar.


viernes, 9 de junio de 2017

Poetas Cubanos(III): Rafael Alcides


Cuando vengan a buscarme
para ir al baile de los cojos,
diré que no uso muletas,
que mis piernas están intactas.
                             
Con dos hachazos estaré listo,
con dos muletas iré remando,
y cuando entre por esa puerta
me pondrán una coja en los brazos.
                                 
Y cuando nadie lo espere,
a las dos de la mañana,
vendrá el verdugo de los cojos
para que no queden rastros.



Los poetas suelen hallar la simiente de su voz en los labios de otros poetas. Las palabras ajenas, distantes, señeras,  nos desprevienen por un camino hirsuto, hecho peldaños por los que el poeta quiere ascender a su propia existencia.

Cuando un poeta calla resiste, pero este silencio no es más que un grito, un discurso incrustado de soledades, fidelidad, estoicismo devuelto al laberinto de la palabra para dotar de un clamor fijo a su existencia. 

El poeta es un ser de soledad, un hombre común que suele mirarse en los ojos del otro con cierto cinismo, pues se arroga la oportunidad de no creer en los espejismos del futuro, sabiendo que su verdad puede significar muy poca cosa, nada, en comparación con la verdad de cierta mayoría.

El tiempo suele burlarse del presente, afincar su orgullo y legitimidad en cegar las tornas, haciendo visible lo invisible, fundando una certeza imposible, que irá fijándose con el paso del tiempo.

Hablar, pensar, y vivir escribiendo para un mismo, para su conformidad y no la de los hombres, nos acerca a una soledad y silencio inherentes a la buena poesía. 




EN EL ENTIERRO DEL HOMBRE COMÚN



A Raúl Luis

Cuando un entierro con dos máquinas solas
pasa y nadie se fija, yo tiemblo, me estremezco,
palpito; siento miedo de ser un hombre.
Pero me sobrepongo.
Algo muy importante acaba de suceder en el mundo
y empiezo a tararear el himno nacional.
A estas alturas mi corazón no puede más.
Había seguido con la vista el entierro.
De pronto echo a correr,
me reúno con los que están junto al hoyo,
tomo valor yo también para dejar caer el terrón.
Ese muerto es para mí el triunfo de la especie,
ese muerto anónimo que fue el alma del combate
sin embargo,
pero, ahora,
ese muerto solo:
sin más victoria que el silencio.
Y lloro militarmente en la tumba de mi único general.



CANCIÓN PARA LOS DOS



Eres tan frágil
que me gustaría
darte la comida
yo mismo,
lavarte la cabeza
yo mismo,
con una mano muy limpia
peinarte
yo mismo
y de ser posible
(si se pudiera),
morirme en tu lugar.
Oh extraña
flor desvalida,
criatura que hasta el viento
de una tarde azul
pudiera arrastrar,
y sin la cual
ya voy siendo
bastante menos
que
nada.


EL AGRADECIDO

A Nati Revuelta

Toda mi vida ha sido un desastre
del que no me arrepiento.
La falta de niñez me hizo hombre
y el amor me sostiene.
La cárcel, el hambre, todo;
todo eso me ha estado muy bien:
las puñaladas en la noche,
y el padre desconocido.
Y así de lo que no tuve
nace esto que soy:
bien poca cosa, es verdad,
pero enorme, agradecido como un perro.



Rafael Alcides habla sobre la Belleza



MARGINALIA: Su obra ha alcanzado el más alto galardón a que puede aspirar un poeta: a la trascendencia otorgada por el reconocimiento de cientos de lectores de su país…, sin embargo, poco divulgado aún en el exterior, sigue siendo uno de esos poetas rodeados por el silencio y el propio misterio de su vida. Rafael Alcides nació en 1933. Entre otros poemarios ha publicado La pata de palo (1967), Agradecido como un perro (Premio de la crítica, 1983), Y se mueren, y vuelven, y se mueren (1988), Noche en el recuerdo (1989) y Nadie (1993). Un caballo, dos hombres y una mujer (1986) es una muestra de su producción novelística. Reside en La Habana. Es uno de los mejores poetas cubanos vivos en el fin de siglo.